lunes, 19 de enero de 2009

Caballos de la noche


Te busqué entre las sombras
de mi arboleda perdida,
desnuda de palabras vanas.

Te encontré en el sendero
de la fruta prohibida,
muriendo sin querer
un poco,
y otro poco
despertando
con el tacto de lo inexistente.

Quien eligió la música
no eras tú,
que revives con cada melodía,
muriendo a la vez
un poco más.

Cuántas veces llamaron a tu puerta los caballos
de la noche,
dime cuántas veces te oyeron
suplicar,
quebrando en partes tu agonía,
cristales de sangre y llanto.

lunes, 5 de enero de 2009

Sorpresa


Me sorprendió tu brazo fuerte
abierto al mundo
y a mí.
Me sorprendió aún más el fondo de tus ojos
viajando al fondo de los míos.
Me sorprendió el acento húmedo en mi oído,
tu largo nombre,
tu silencio a ratos.
Me sorprendió la quietud inquieta de tus manos
recorriendo a veces mis secretos.
Tímidas otras,
buscando regazos inconclusos.
Y me sorprendí formando tu figura
entre las sombras,
y la noche te cubrió implacable.
Un quejido rompió el silencio
y era yo,
porque no llegaste.