lunes, 3 de diciembre de 2007

Blogs y wikis colaborativos, ¿Cuándo utilizo qué?


A menudo me veo en el entuerto de tener que explicar a alguien que no ha visto en su vida un blog o un wiki colaborativos (es decir, editados por varias personas) la diferencia entre ambos. Para qué puñetas sirven, y cómo decidir cuál es mejor. Hoy, por fin, he dado con una explicación convincente.

Un blog es como un libro de recetas, mientras que un wiki es una novela.

Imaginemos que un día Ferrán Adriá y Arguiñano quedan para comer. Cada uno cocina algo. Menuda comilona. Tras el segundo plato, Adriá, en tono un poco prepotente, le dice a Arguiñano:

- Colega, todo nuestro saber no puede perderse en el olvido cuando nos vayamos al otro mundo. Tenemos que enseñar a otros cocineros a replicar nuestras creaciones y conseguir los mismos sabores.

Y Arguiñano, con esa soltura que le caracteriza, le responde con la boca llena:

- Pues sí, tío, esas patatas revueltas que has preparado no pueden quedar así sin más. Están cojonudas. Pásame otro cacho de pan para la panceta, macho.

Tras el postre y un par de botellas de vino, como además de ser los mejores cocineros son unos avezados tecnólogos, deciden hacer un libro de recetas on-line. ¿Cómo lo hacen? Pues se crean un blog con tres categorías, Primeros, Segundos y Postres, y cuando les viene la inspiración lo van rellenando con recetas, cada uno las suyas, clasificándolas en las categorías correspondientes. Y les ponen fotos y todo.

Al cabo de un año ya tienen 87 primeros, 124 segundos y 4 postres. Es que les falta aliarse con un pastelero… el dulce nunca se les dio bien.

Además, como explicaron a otros colegas la iniciativa, algunos han probado las recetas y las han mejorado, dejando sus comentarios sobre el resultado. Un éxito vaya. Un best seller de la maruja española.

En cambio, si García Márquez y Saramago quisieran escribir una novela conjunta, elegirían un wiki. Establecerían una entrada por capítulo, pero no podrían repartirse los capítulos a medias, ya que la novela es una unidad con coherencia interna.

García Márquez se tomaría una copilla de whisky en la terraza, al atardecer, y delante del portátil, se pondría a escribir. Comenzaría por el primer capítulo, y escribiría un par de ellos. Al finalizar, cerraría la tapa, miraría al horizonte y pensaría:

- Vaya inspiración, un gran día. Si es que soy un genio, estoy agotado.

A la mañana siguiente, Saramago delante de su café con leche y su tostada de mermelada entraría en el wiki común y leería la obra de su colega.

- Joder, a este cascarrabias se le ha ido la olla… esto no hay por donde cogerlo. Cómo se enrolla el tío, vamos a ver si lo arreglo recortando un poco de aquí y poniendo otro poco allá.

Manos a la obra, cortaría párrafos, añadiría adjetivos, matizaría sustantivos. Además, continuaría escribiendo un poco más, hasta el capítulo cinco. Y así, un día tras otro, revisiones, lecturas y relecturas. Tras algún que otro desacuerdo, al final del año tendrían una novela de quince capítulos, una obra maestra de la literatura que se estudiaría en los colegios y ganaría el Planeta, el Nacional de las Letras y hasta el Nobel si me apuras.

Y es que tanto los cocineros como los literatos eligieron bien su herramienta de trabajo. Adriá y Arguiñano sabían que no les importaba el orden de las recetas (el cronológico ya les parecía bien) pero necesitaban que estuvieran clasificadas por categorías. Era inconcebible mezclar los primeros con los postres, y cada receta tenía unidad por sí misma. Además, tenían claro que cada uno aportaría sus propias recetas, ninguno iba a ponerse a corregir al otro, ande va a parar, faltaría más, así que no necesitaban editar las entradas del contrario, sino que con poder administrar las suyas ya tenían suficiente. Lo que sí les interesaba, y mucho, era recibir los comentarios de los que las probaban y las degustaban.

Por otro lado, Márquez y Saramago estaban dispuestos a sacrificar su estilo literario propio en el experimento, dejando que el otro pudiera retocar, ampliar y recortar sus párrafos. Esto fue al final una ventaja, porque si se quedaban atascados el otro continuaba en el punto donde lo había dejado el anterior. La obra fue adquiriendo consistencia por si misma, una especie de vida propia, y un estilo mejor, porque era la mezcla del de ambos. Además, las relecturas eran fáciles porque el wiki permitía revisar los históricos de los cambios que se habían realizado con anterioridad, y les permitía volver a una versión anterior y comenzar de nuevo si no llegaban a un acuerdo sobre hacia dónde iba la historia.

Moraleja: blogs y wikis ni son lo mismo ni cumplen la misma función. La elección dependerá, sobre todo, de la estructura del contenido y del método de trabajo elegido.

Es necesario hacerse ciertas preguntas, antes de elegir qué herramienta utilizar.

- ¿Colaborarán varias personas en el mismo contenido o bien crearán contenidos independientes?

- ¿El producto final será una unidad única o una suma de pequeñas unidades individuales?

- ¿Será necesario reorganizar y reordenar el contenido o el orden cronológico es el adecuado?

- ¿Necesitaré hacer revisiones de contenido y volver atrás para actualizarlo o se trata más de un conjunto de aportaciones que crece sin coherencia interna?

La respuesta a estas preguntas será la que nos de la solución.

1 comentarios:

Gurús Mundi dijo...

Te felicito, explicación diáfana. He llegado a tu blog de rebote (es lo que tiene navegar) pero no será la última vez. Pásate cuando quieras por el nuestro y dinos qué te parece.

Salud y €.

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